Esta forma de vida es el género Rhabdopleura, pequeñas criaturas marinas que residen en el fondo del océano y construyen sus hogares con colágeno en las conchas de almejas muertas. Estos seres viven en colonias pequeñas, y están bien lejos de ser los animales dominantes de su ecosistema.
Pero han sobrevivido de esta manera durante más de 500 millones de años. Y, al hacerlo, han durado más que especies más evolucionadas que descienden de seres como esos, según un nuevo estudio.
Aunque están bien documentadas la edad y presencia actual de estos seres del género Rhabdopleura, el nuevo estudio resulta importante porque ha determinado que son predecesores del zooplancton antiguo, concretamente el integrado por los graptolites pelágicos, el cual se extinguió hace unos 350 millones de años.
La lección, según Charles Mitchell, profesor de geología de la Universidad en Buffalo (Universidad Estatal de Nueva York), y coautor del estudio, es que lo nuevo no siempre es mejor.
El equipo de Mitchell, Michael J. Melchin de la Universidad St. Francis Xavier en Canadá, Chris B. Cameron de la Universidad de Montreal en Canadá, y Jorg Maletz de la Universidad Libre de Berlín, se valió de la estructura y forma de estas criaturas para determinar que figuraban entre los graptolites más primitivos que han existido.
Colonia de Rhabdopleura compacta. (Foto: University of Edinburgh)
Aunque sus parientes del zooplancton evolucionaron rápidamente, dividiéndose en muchas especies nuevas, y desarrollando muchas características nuevas, estas criaturas arcaicas del género Rhabdopleura prácticamente no han experimentado cambios en el transcurso de su historia.
Mientras el zooplancton desarrollaba modos de vivir más cerca de la superficie del océano, estos seres del pasado lejano continuaban viviendo en el fondo del océano. Las especies del zooplancton pasaron a ser actores importantes en sus nuevos ecosistemas, mientras que las criaturas del género Rhabdopleura quedaron en segundo plano.
El valor de lo antiguo se impuso al final: Estas criaturas, con rasgos biológicos y estilos de vida que habían funcionado bien durante mucho tiempo y que por tanto la evolución rehusaba cambiar, sobrevivieron, y todavía existen en zonas que van desde las Islas Bermudas al Mar de Bering. En cambio, las innovaciones de los graptolites del zooplancton finalmente no condujeron a resultados lo bastante buenos y se extinguieron.
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