viernes, 31 de mayo de 2013

Madrid, 30 may (EFEverde).- Dos pollos de pingüino Gentoo y otro Humboldt, una especie en peligro de extinción de la que apenas existen 20.000 ejemplares en el mundo, son los nuevos inquilinos de Faunia.

Imagen de pinguinos en Faunia. Efeverde/Faunia
Los tres pingüinos han sido los primeros alumbrados esta primavera en el ecosistema polar del parque temático de la naturaleza madrileño, habitado por 104 pingüinos de siete de las diecisiete especies existentes en el mundo, ha anunciado hoy Faunia en un comunicado.
El pingüino Humboldt ('Spheniscus humboldti'), cuyo hábitat natural está alejado de las frías temperaturas austro-polares y suele encontrarse en aguas del océano Pacífico y Sudamérica (Chile, Perú Colombia y Ecuador), es una especie que figura en el programa de conservación de cría internacional de especies amenazadas.
Son incubados por sus padres y protegidos en el nido, en el interior de pequeñas cuevas, hasta cumplir los 45 días, momento a partir del cual se integran como un individuo más en la colonia.
Por su parte, los dos pollitos Gentoo o Juanito ('Pygoscelis papua') han salido del cascarón con un peso de unos 150 gramos y su característico plumón gris permeable.
Ambos permanecerán protegido bajo el cuerpo de sus padres hasta que cumplan 45 días de vida y, a partir de entonces, tendrán una mayor libertad de movimientos en el nido.
Antes de los dos meses, las crías mudarán el plumón por pluma y, en torno a los 80-100 días, llegará el primer baño demostrando las habilidades de estas aves acuáticas como una de las especies de pingüino más rápidas bajo el agua. EFE
El hotel Burj Al Arab de Dubai (Emiratos Árabes) entrega un iPad de oro de 24 quilares a sus clientes. Calificado como el “conseje virtual”, una vez que los clientes hacen check-in en el hotel se les entrega esta edición especial del ‘tablet’ de Apple que, además de ofrecer las aplicaciones básicas, ofrece información sobre todos los servicios del hotel: restaurante, tratamientos de belleza, spa, servicio de limpieza y mayordomo.
Si el iPad de Apple está considerado como un ‘tablet’ de gama alta, cuyo precio ronda entre los 500 y 800 euros -precio alto para la mayoría de los mortaless- si ya está bañado en oro de 24 quilates… mejor no preguntamos por el precio.
Sin embargo, los clientes del hotel Burj Al Arab de Dubai no tendrían mucho problema en adquirirlo teniendo en cuenta de que se trata de uno de los mejores hoteles de lujo de todo el mundo, cuyo precio por habitación y noche es de 1.500 dólares.
Aún así no tienen que hacerlo ya que los clientes de este magnífico hotel de 300 metros de altura solo tienen que hospedarse en él para poder disfrutar de esta “joya” tecnológica.
El iPad de oro ha sido fabricado por la empresa británica Gold & Co., especialista en vender ‘tablets’ y ‘smartphones’ bañados en oro.

Han creado un llamativo smartphone o teléfono inteligente, llamado MorePhone, que puede cambiar de forma para indicar silenciosamente a los usuarios que tienen una llamada telefónica, mensaje de texto o correo electrónico entrantes.

A los usuarios les resulta familiar escuchar el timbre de su teléfono o sentirlo vibrar en modo silencioso. Un problema de las formas silenciosas actuales de aviso es que los usuarios a menudo no perciben esas notificaciones si no llevan encima su teléfono. Con MorePhone, pueden dejar su smartphone sobre la mesa ante la que se sienten, y de ese modo notarán cuando este singular teléfono cambia de forma llamativamente, lo que indica que alguien está tratando de contactarlos.

MorePhone consta de una pantalla delgada y flexible, y se vale de un conjunto de piezas con memoria de forma para torcerse del modo requerido en cada caso y luego volver a su forma original enderezada.

Este sistema permite que el teléfono tuerza la totalidad de su cuerpo, o hasta tres esquinas distintas de forma independiente. Se puede configurar el teléfono para que cada esquina transmita un aviso particular. Por ejemplo, un usuario puede escoger que la esquina superior derecha del MorePhone se doble al recibir un mensaje de texto, y la esquina inferior derecha al recibir un correo electrónico. Las esquinas también pueden doblarse reiteradamente hacia arriba y hacia abajo para indicar una mayor urgencia del mensaje o llamada entrantes.

[Img #13799]
El MorePhone, combado al recibir una llamada o mensaje. (Foto: Human Media Lab / Queen's University)

Este asombroso teléfono inteligente ha sido creado en el HML (Human Media Lab), de la Queen’s University en Canadá. El HML lo dirige Roel Vertegaal, contando ya en su haber con el desarrollo del teléfono flexible PaperPhone, y también un ordenador enrollable, entre otros dispositivos vanguardistas.

Vertegaal piensa que los teléfonos móviles flexibles y capaces de doblarse son el futuro, y cree que el MorePhone podría llegar a los usuarios dentro de entre 5 y 10 años.

El desarrollo del MorePhone ha estado esencialmente a cargo de Vertegaal, Antonio Gomes y Andrea Nesbit
Han creado un llamativo smartphone o teléfono inteligente, llamado MorePhone, que puede cambiar de forma para indicar silenciosamente a los usuarios que tienen una llamada telefónica, mensaje de texto o correo electrónico entrantes.

A los usuarios les resulta familiar escuchar el timbre de su teléfono o sentirlo vibrar en modo silencioso. Un problema de las formas silenciosas actuales de aviso es que los usuarios a menudo no perciben esas notificaciones si no llevan encima su teléfono. Con MorePhone, pueden dejar su smartphone sobre la mesa ante la que se sienten, y de ese modo notarán cuando este singular teléfono cambia de forma llamativamente, lo que indica que alguien está tratando de contactarlos.

MorePhone consta de una pantalla delgada y flexible, y se vale de un conjunto de piezas con memoria de forma para torcerse del modo requerido en cada caso y luego volver a su forma original enderezada.

Este sistema permite que el teléfono tuerza la totalidad de su cuerpo, o hasta tres esquinas distintas de forma independiente. Se puede configurar el teléfono para que cada esquina transmita un aviso particular. Por ejemplo, un usuario puede escoger que la esquina superior derecha del MorePhone se doble al recibir un mensaje de texto, y la esquina inferior derecha al recibir un correo electrónico. Las esquinas también pueden doblarse reiteradamente hacia arriba y hacia abajo para indicar una mayor urgencia del mensaje o llamada entrantes.

[Img #13799]
El MorePhone, combado al recibir una llamada o mensaje. (Foto: Human Media Lab / Queen's University)

Este asombroso teléfono inteligente ha sido creado en el HML (Human Media Lab), de la Queen’s University en Canadá. El HML lo dirige Roel Vertegaal, contando ya en su haber con el desarrollo del teléfono flexible PaperPhone, y también un ordenador enrollable, entre otros dispositivos vanguardistas.

Vertegaal piensa que los teléfonos móviles flexibles y capaces de doblarse son el futuro, y cree que el MorePhone podría llegar a los usuarios dentro de entre 5 y 10 años.

El desarrollo del MorePhone ha estado esencialmente a cargo de Vertegaal, Antonio Gomes y Andrea Nesbit
La toxicidad del petróleo vertido en 2010 en el Golfo de México por culpa del reventón sufrido por el Pozo Macondo en el que estaba trabajando la plataforma petrolera Deepwater Horizon continuó enfermando durante un año o más a unos peces usados como indicador de salud del ecosistema, según nuevos hallazgos hechos por un equipo de investigación de la Universidad de California en Davis, la del Estado de Luisiana, y la de Clemson en Carolina del Sur, las tres en Estados Unidos.

Andrew Whitehead, profesor de toxicología medioambiental en la Universidad de California en Davis, y sus colegas, encontraron que los embriones de dichos peces, de la especie Fundulus grandis, expuestos a sedimentos de lugares contaminados por el petróleo en 2010 y 2011, muestran anomalías en el desarrollo, incluyendo defectos cardíacos, eclosión tardía y menor éxito de eclosión. Los peces de este tipo son para la toxicidad de un ecosistema acuático lo que es para una mina de carbón el proverbial canario.

Otras especies que comparten hábitats similares con el Fundulus grandis pueden estar en riesgo de padecer efectos similares. Entre estas otras especies figuran peces, crustáceos y moluscos.

[Img #13847]
Este embrión de Fundulus grandis estuvo expuesto a sedimentos sucios de petróleo del vertido de la Deepwater Horizon en 2010. (Foto: Benjamin Dubansky / UC Davis)

"Estos efectos son característicos de la toxicidad del petróleo crudo", explica Whitehead. "Es importante que observemos el problema en el contexto del derrame de la plataforma Deepwater Horizon, porque esto nos dice que es demasiado pronto para afirmar que los efectos del derrame son intrascendentes y bien conocidos. Por su naturaleza, los efectos sobre la reproducción y el desarrollo, efectos que podrían afectar a poblaciones, tardan en manifestarse".

En la investigación también han trabajado Benjamin Dubansky, Jeffrey Miller, Charles D. Rice, y Fernando Gálvez.
NCYT Amazings ofrece a sus lectores la más completa enciclopedia sobre astronáutica publicada en español. Sus entradas, que se publican de forma periódica, incluirán al término del proyecto información sobre todas las familias de satélites, sondas interplanetarias y estaciones orbitales, todos los astronautas y sus misiones, los cohetes, las zonas de lanzamiento, la terminología astronáutica, etc.; todo ello acompañado por abundante material gráfico.

Los textos, elaborados por Manel Montes, especialista en ciencias del espacio, codirector de NCYT Amazings y autor de varios libros sobre la materia, se actualizarán convenientemente en el tiempo.

Esta página se utiliza como índice, en el cual se añaden periódicamente y por orden alfabético, distribuidas por temas generales, las nuevas entradas disponibles, permitiendo así un rápido acceso a sus contenidos. Si lo desean, pueden contactar al autor sobre cualquier aspecto de la iniciativa.
Los satélites fuera de servicio pero que siguen en órbita, pueden ser una amenaza para cualquier nave espacial que se cruce con ellos. Sin posibilidad de maniobrar, los satélites muertos son como kamikazes, o como balas moviéndose a una velocidad muy superior a las disparadas en la Tierra y también con un peso muchísimo mayor que las de aquí abajo.

El Telescopio Espacial Fermi de rayos gamma, de la NASA, está pensado para observar el cosmos, no para esquivar a otros vehículos como sí sería típico en un avión caza eludiendo a un avión enemigo al tiempo que su piloto intenta tenerle a tiro. Sin embargo, el Fermi, como la NASA ha rememorado recientemente, se topó hace un año con una situación que le exigió hacer una maniobra evasiva.

Todo empezó cuando Julie McEnery, científica del equipo del Telescopio Espacial Fermi de rayos gamma, de la NASA, recibió un aviso que indicaba que el Fermi estaba a tan sólo una semana de tener un inusual encuentro cercano con el Cosmos 1805, un difunto satélite espía de la época de la Guerra Fría. Este satélite espía pasaría peligrosamente cerca del Fermi. Se calculaba que los dos objetos, viajando alrededor de la Tierra a miles de kilómetros por hora en órbitas casi perpendiculares, se evitaran por apenas 213 metros (700 pies). Todo apuntaba a que ambas naves espaciales ocuparían el mismo punto en el espacio con 30 milisegundos de diferencia una con respecto de la otra.

Estaba claro que el Fermi tenía que hacer una maniobra evasiva. Pero no es tan fácil como hacerlo y asunto arreglado. En la historia de la astronáutica, el personal de los centros de control de vuelo de naves espaciales ha aprendido del modo más duro que tampoco se puede hacer caso al pie de la letra a una predicción de colisión. Los márgenes de incertidumbre en las predicciones de las posiciones de naves espaciales con una semana de antelación pueden ser mucho más grandes que la propia distancia pronosticada para el momento de máxima cercanía. Dicho de otro modo, hacer una maniobra para esquivar al Cosmos 1805 no garantizaba evitar la colisión; e incluso, paradójicamente, podía provocarla.

Por otro lado, no hacer nada también es peligroso. Los encuentros cercanos pueden acabar mal, porque la distancia de seguridad no es inamovible.

Esto se demostró dramáticamente el 10 de febrero de 2009, cuando según un estudio, el Cosmos 2251, un satélite de comunicaciones ruso muerto, pasaría a unos 580 metros (unos 1.900 pies) del satélite de comunicaciones Iridium 33 (en funcionamiento por aquel entonces). A la hora prevista de aproximación, se perdió todo contacto con el Iridium 33. El radar reveló nubes de escombros viajando a lo largo de las órbitas de los dos satélites, lo que confirmó la colisión entre ambos.

El accidente generó miles de pedazos lo suficientemente grandes como para ser rastreados, y muchos trocitos pequeños que no se pueden detectar. Muchos de esos restos siguen siendo un peligro para las naves espaciales en funcionamiento, ya que aproximadamente sólo el 20 por ciento de los fragmentos rastreables han hecho su reentrada a la atmósfera.

Con una velocidad relativa hacia el Fermi de unos 43.000 kilómetros por hora (27.000 millas por hora), un impacto directo del Cosmos 1805, de 1.406 kilogramos (3.100 libras), liberaría tanta energía como dos toneladas y media de explosivos de alta potencia, destruyendo ambas naves.

A pesar del aparente hacinamiento de objetos en la órbita terrestre, por lo general hay una gran cantidad de espacio vacío entre cada objeto y el más cercano. Las aproximaciones entre fragmentos de naves, fases de cohetes y cargas activas continúan siendo eventos poco frecuentes. Por otra parte, sólo algunos de los posibles acercamientos que son identificados alrededor de una semana antes que cuando podrían ocurrir, llegan a materializarse.

"Es similar al pronóstico de lluvia en un momento y lugar específico con una semana de anticipación", explica Eric Stoneking, del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, ingeniero jefe de control de posición del Fermi. "A medida que se acerca la fecha, las incertidumbres de la predicción decrecen y la previsión inicial puede cambiar drásticamente".

En dos ocasiones anteriores, el equipo del Fermi había sido alertado de posibles encuentros cercanos, y en ambas ocasiones las amenazas se evaporaron sin tener que hacer nada. Era posible que el encuentro de Cosmos 1805 se desvaneciera también, y que el Fermi pudiera continuar con sus observaciones astronómicas sin tener que interrumpirlas.

Pero la actualización del día siguiente no disipó en absoluto la amenaza.

"Estaba claro que teníamos que estar listos para sacar al Fermi fuera del camino y fue entonces cuando avisé a nuestro equipo de Dinámica de Vuelo", recuerda McEnery.

La única manera de lograr ese cambio crucial de trayectoria era recurriendo al encendido temporal de los propulsores diseñados originalmente para asegurar que el Fermi no representase una amenaza para otros satélites cuando terminase su vida útil. Pensados para su uso cuando el Fermi dejara de estar en servicio, los propulsores fueron diseñados para sacarlo de la órbita y empujarlo hacia la atmósfera terrestre, en la que se quemaría y desharía.

Debido a que un fallo de este sistema de propulsores, como por ejemplo una fuga de propergol o una explosión, podría haber terminado prematuramente la misión del Fermi, dichos propulsores nunca habían sido probados, lo que agregaba una nueva fuente de ansiedad para McEnery y sus colegas. Los propulsores deberían funcionar a la perfección en su primer uso, y además para hacer algo que no se había contemplado en su diseño.

Se calculó cuán grande debería ser el empuje a darle al Fermi para que esquivase la amenaza. Trabajando con especialistas de la base Vandenberg, que la Fuerza Aérea estadounidense (USAF) tiene en California, los científicos de la NASA también comprobaron que la nueva órbita proyectada no pusiera al Fermi en curso de un encuentro cercano con otro objeto.

[Img #13846]
El riesgo de colisión entre ambos satélites era muy alto. (Imagen: Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA)

El día antes de la fecha del encuentro, la amenaza aún no había desaparecido, y en consecuencia todos los planes estaban activos para encender los propulsores del Fermi. Poco después del mediodía, horario EDT, la nave dejó de escrutar el firmamento y se orientó a lo largo de la dirección de su marcha. Luego aseguró sus paneles solares y retrajo su antena de alta ganancia para protegerlos de los gases de escape de los propulsores.

La maniobra, que fue ejecutada por la propia nave, sobre la base de los procedimientos desarrollados por el equipo técnico mucho tiempo atrás, consistió en disparar todos los propulsores durante un segundo. "Había mucho suspense y tensión, pero una vez que terminó la maniobra, suspiramos con alivio al ver que todo había salido bien", explica Stoneking.

Una hora después, Fermi ya estaba de nuevo haciendo su trabajo científico. Varias horas más tarde, los diferentes equipos se reunieron para evaluar los resultados de la maniobra y determinar si se necesitaría otra. Se confirmó que el pronóstico era bueno.

Cuando las dos naves llegaron a su encuentro cercano al día siguiente, la mayor aproximación entre ambas fue de más de 9 kilómetros (unas 6 millas). La maniobra de evasión del Fermi había logrado que el telescopio espacial eludiera a la amenazante reliquia de la Guerra Fría. El alivio invadió a los científicos tras una semana de máxima tensión.