El equipo de Catherine Peterson, profesora de nutrición y fisiología del ejercicio de la Universidad de Misuri en la ciudad Estadounidense de Columbia, estudió a 35 niños y adolescentes obesos prediabéticos. Todos los participantes del estudio tenían insuficiencia o deficiencia de vitamina D, y sus dietas y niveles de actividad eran similares. A los participantes del estudio se les asignaron al azar dosis altas de un suplemento de vitamina D o un placebo, que en ambos casos tomaron diariamente durante seis meses.
Quienes tomaron el suplemento alcanzaron niveles suficientes de vitamina D y experimentaron una disminución de la cantidad de insulina en la sangre.
Catherine Peterson. (Foto: MU)
La vitamina D ayuda a mantener sanos los huesos, los músculos y los nervios. El cuerpo puede obtener dicha vitamina por la dieta, o de suplementos, o por exposición a la luz solar. La insuficiencia de vitamina D es común; sin embargo, puede resultar más perjudicial para las personas obesas.
Lo que hace diferente a la insuficiencia de vitamina D en las personas obesas es que el metabolismo de éstas procesa la vitamina D con la mitad de la eficacia con que lo hace el metabolismo de las personas de peso normal. En la gente obesa, la vitamina D se almacena con más facilidad en sus tejidos grasos, lo que impide que sea procesada adecuadamente. Esto significa que las personas obesas necesitan tomar aproximadamente el doble de vitamina D que las delgadas para mantener disponibles los niveles suficientes de esta vitamina.
En la investigación también han trabajado Anthony Belenchia, Aneesh Tosh y Laura Hillman.
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