Las sondas gemelas Grail terminan su misión después de haber realizado el mapa gravitacional más detallado de nuestro satélite
Una pareja de naves espaciales de la NASA, de la misión Gravity Recovery and Interior Laboratory (GRAIL),se estrellará contra una montaña cerca del polo norte de la Luna el próximo lunes. Las sondas han conseguido generar el «mapa gravitatorio» de mayor resolución obtenido hasta ahora de nuestro satélite natural, pero su órbita baja y el bajo nivel de combustible imposibilitan que sigan realizando más operaciones científicas, según ha informado la agencia espacial.
Ebb y Flow, como fueron denominadas las dos sondas, se colocaron en sus órbitas entre el 31 de diciembre de 2011 y el 1 de enero de 2012, y pronto iniciaron su labor de retratar la estructura interior y la composición de la Luna. Con estos datos fueron capaces de elaborar el mejor mapa gravitatorio de nuestro satélite, que ha revelado un gran número de características del paisaje lunar nunca antes vistas con detalle. Entre ellas, la morfología del terreno volcánico, las cuencas, los picos centrales de los cráteres y muchos nuevos cráteres de impacto de todos los tamaños y forma perfectamente circular. Además, los datos demuestran que el campo gravitatorio de la Luna no se parece al de la Tierra ni a al de ningún otro planeta rocoso de nuestro sistema. El mapa proporcionará una mejor comprensión de cómo nuestro mundo y otros planetas rocosos se formaron y evolucionaron.
Sin embargo, la misión ha llegado a su fin. Ahora, las sondas se preparan para su descenso controlado y el impacto en una montaña cerca del polo norte de la Luna alrededor de las 11.28 (hora peninsular española) del lunes. «Va a ser difícil decir adiós», afirma la investigadora principal de GRAIL, Maria Zuber, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (Cambridge). «Nuestros pequeños gemelos robóticos -tienen el tamaño de una lavadora- han hecho avanzar la ciencia planetaria de manera importante con sus contribuciones».
Durante su primera misión, de marzo a mayo, las sondas recogieron datos en órbita en una altitud promedio de 55 kilómetros. Su altura se redujo a 23 kilómetros en la segunda parte de su misión, que comenzó 30 de agosto, y en ocasiones se colocaron a tan solo unos pocos kilómetros de los puntos más altos de la Luna.
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